lunes, 14 de enero de 2013

Partidos de Verano: sirven o no sirven?




Nunca los tomé realmente en serio, para qué mentir. Ni cuando el rendimiento fue bajo, ni cuando el mismo me hizo ilusionar con el futuro por venir.

Sí me gusta que mi equipo gane, que supere a los rivales, que se lleve algún que otro trofeo en estos torneos estivales y que me genere una linda expectativa para la competencia oficial que se avecina.
Pues claro que me gusta! A quién no?
Pero hay que darle a los partidos de pretemporada el lugar que les corresponde.

Ayer observé el triunfo de Racing sobre Boca por televisión (2-1).
Y fue bueno ver a Hauche queriendo recuperar el terreno perdido (dejando bien en claro el porqué de su mote de "demonio"), a Sand más activo que en el Torneo Inicial, la confirmación que Camoranesi con la pelota en los pies tiene una rosca más que el resto, Villar intentando ser el de Godoy Cruz, Zuculini mordiendo a lo loco y entregándose como siempre y algunas cosas saludables para este plantel académico (momentos de Lluy, algo de Perez Guedes, Migliónico demostrando que puede estar, un Corvalán algo más seguro y Fariña y sus pinceladas de fútbol no carentes de cierto vértigo - a veces saludable y otras no tanto -).

Pero lo que hay que tener en cuenta siempre en este tipo de competencias, es el momento en la preparación de cada uno de los planteles: No es lo mismo haber arrancado con los trabajos el 4 de enero, que el día 7. Y tampoco el tipo de plan de trabajo que cada entrenador y preparador físico diagraman.
Ni siquiera tiene tanta importancia si uno de los equipos cuenta con 7 u 8 jugadores titulares en el plantel que sale a la cancha, o con tan sólo un par.
Lo fundamental es en qué escala del trabajo programado se encuentra cada uno, cosa que es muy difícil de saber (no porque los que están en el día a día no lo sepan y no lo couniquen, sino porque no hay equivalencias entre un plantel que está realizando trabajos "duros" y otro que se encuentra en una etapa posterior a los mismos).

No sería la primera ni la última vez que el que mejor juego demuestra en estos momentos, haga un "sapo" más grande que una casa cuando empiece el torneo (si sabrás de esto Racing!) - o viceversa -.
No obstante ello, lo dicho: Los triunfos sirven, aumentan la confianza y - por el contrario - las derrotas la merman (fijarse sino cuántos técnicos han quedado en la cuerda floja - o se han tenido directamente que ir - luego de perder un par de clásicos veraniegos).

Ahora se viene Independiente el Jueves 17, nada más ni nada menos que el rival del barrio y toda la vida.
Sí, el mismo que tiene más la mente puesta en no descender al Nacional B, que en dejar una buena imagen en el verano.
El mismo que luego de la derrota en el "amistoso" contra River, parece poner toda la carne en el asador siendo dirigido ya desde el banco - y no mediante sms - por su técnico Gallego (otra sería la historia de haberle ganado al millonario).

Veremos que nos depara lo que en ese momento ocurra y cuál ha de ser el análisis.
Por lo pronto, sigo teniendo claro que nada es determinante en este momento (en realidad, muy pocas cosas terminan siendo determinantes).

Saludos.